Siete años después de embarcar en el Manchester United, Nani vuelve al Sporting de Lisboa en una cesión gratuita hasta el 2015 que sirvió para rebajar la transferencia de Marcos Rojo, que acabó por costar 20 millones.

Como muchos futbolistas, Luís Carlos Almeida da Cunha, alias “Nani”, vivió una infancia modesta.

Nació el 17 noviembre del 1986 en Cabo Verde, antigua colonia lusa africana, pero su familia emigró a Portugal cuando él aún era niño. Se instalaron en Amadora, un modesto suburbio de Lisboa que recibió a muchos inmigrantes de la África luso-parlante en los 70 y los 80.

Criado por su tía su padre le abandonó y su madre tuvo que emigrar a Holanda, inició su carrera en el Real Massamá de Queluz, con apenas 9 años.

Su talento llamó la atención de clubes como el Benfica y el Sporting, pero fue éste último el que le contrató en el 2003, el mismo año en el que Cristiano Ronaldo, perla de la cantera del Sporting, marchó al Manchester United.

Ídolo de Luís Figo, Nani debutó en el primer equipo en el 2005 de la mano de José Peseiro, antiguo ayudante del Real Madrid, que le alineó en una eliminatoria de acceso a la Champions League ante el Udinese.

Pero fue con Paulo Bento que Nani se convirtió en una de las figuras del Sporting, con el que ganó la Copa de Portugal del 2007 junto a otras promesas como Joao Moutinho o Miguel Veloso.

En dos temporadas en el plantel principal, Nani sumó 76 partidos y anotó 11 goles.

La calidad técnica y velocidad de Nani atrajeron en el 2007 al Manchester United, que adquirió el pase de jugador, entonces con 20 años, por 25,5 millones de euros, cuatro años después de comprar a Ronaldo, entonces con 18, por 15 millones.

Los 25,5 millones fueron la mayor venta en la centenaria historia del Sporting de Lisboa.

Con Ronaldo como rasero de medida, Nani siempre fue observado con lupa. En su primera temporada en Old Trafford (2007-2008), tuvo un notable rendimiento y conquistó la confianza del exigente Sir Alex Ferguson. Disputó 41 partidos y marcó 4 goles y ayudó a su club a ganar la Premier League y la Liga dos Campeones.

En su segundo curso, comenzó a perder minutos y solo alineó en 13 encuentros de la Liga inglesa la mitad que en su primera temporada.

La presión sobre Nani en Manchester era patente y el extremo nunca consiguió disociar su nombre con el de su compatriota Cristiano Ronaldo, ni siquiera cuando el Balón de Oro del 2008 y 2013 se marchó al Real Madrid en el 2009.

Aunque recuperó su espacio por la confianza que Alex Ferguson le profesaba, las siguientes temporadas estuvieron salpicadas de exhibiciones inconsistentes y algunas lesiones.

En la última temporada, ya con el inglés David Moyes en el banquillo, “el eterno sucesor” de Ronaldo solo jugó 13 encuentros en todos los torneos oficiales.

Regresado a Lisboa como el “hijo pródigo”, Nani tiene ahora la oportunidad de mostrar una nueva faceta al resto del mundo futbolístico y alejarse finalmente la sombra dejada en Old Trafford por Cristiano Ronaldo.