Jonas Eriksson, sueco de 40 años, es un árbitro profesional desde 2002, pero empezó en 1994. Es el juez del duelo que se está jugando entre Atlético de Madrid y el Chelsea por la ida de las semifinales de la Champions League.
Lo curioso de todo esto, es que Jonas Eriksson es millonario. En 2005, el nórdico decidió invertir sus ahorros y comprar el 15% de los derechos globales de IEC in Sports, una empresa dedicada a comercializar con derechos deportivos con oficinas en Europa, Oriente Medio, Asia y Oceanía. Él trabajaba ahí.
El tiempo le dio la razón. Su inversión se multiplicó y luego lo vendió en 10 millones de euros, con lo que aseguró su futuro y el de su familia.
Entonces, ¿por qué sigue arbitrando? Por puro amor su su profesión. El arbitraje es su vida y solo piensa en vestirse de negro y tocar el silbato dentro de un campo de fútbol hasta que se lo permitan. Por arbitrar, gana 50 mil euros anuales.
Por cierto, Jonas Eriksson fue convocado para dirigir en el Mundial Brasil 2014.