El ruso protagonizó este miércoles la mayor sorpresa de la actual edición de la al derrotar al todopoderoso (3-2) en un partido para enmarcar disputado bajo un frío gélido.

Los rusos comenzaron encajando, pero le dieron la vuelta a un partido, que demostró que el equipo entrenado por Carlo Ancelotti sufre una crisis de identidad desde que dejara el banquillo Pep Guardiola.

Los rusos fueron los primeros en avisar con una clarísima ocasión que comenzó con un pase largo del central español César Navas que cogió desprevenido a Boateng. Yerojin aprovechó la salida en falso de Ulreich para adelantarse y rematar de cabeza al borde del área grande, pero Bernat acertó a despejar justo antes de que el balón cruzara la línea de gol.

Una buena incursión de Sanches por la izquierda, acabó con un pase de la muerte que fue mal despejado por Navas, lo que fue aprovechado por el brasileño Costa que marcar con la izquierda (35’). Más adelante un fallo garrafal de la defensa bávara antes de irse a los vestuarios permitió al iraní Azmún encarar a Boateng, hacerle un recorte magistral y batir a Ulreich con un disparo ajustado al poste izquierdo (44’).

En el tiempo complementario, Boateng, que tuvo un partido para olvidar, derribó a los cinco minutos dentro del área al ecuatoriano Noboa, penalti claro que fue transformado por Poloz (49’). Por suerte para Ancelotti, el francés Ribery, hasta entonces desaparecido en combate, despertó y tres minutos después dio un magnífico pase interior a Bernat, que se sacó de la chistera un obús a la escuadra derecha (52’).

Finalmente, Noboa, el jugador más inteligente sobre el terreno de juego, aprovechó un lanzamiento de falta directa al borde del área para batir a Ulreich, que reaccionó tarde (67’).

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