Lo de nunca acabar. El clásico de la ciudad argentina de Rosario dejó dos muertos por la violencia de sus barras bravas, informó la policía local.

Rosario Central se quedó con el partido más importante de esta ciudad ante Newell’s Old Boys y, a pesar de que no hubo actos de violencia dentro del estadio, en las afueras pasó todo lo contrario.

Martín Acosta, de 39 años, estaba, alrededor de las 18.30 caminando por la calle junto a su hijo, celebrando el triunfo de Rosario Central, cuando un vecino, pistola en mano, empezó a disparar. Una de las balas se alojó en la espalda de Acosta, herida que le provocó la muerte horas después. El autor del disparo fue identificado, pero está prófugo.

Lautaro Bova de 22 años, caminando con un grupo de hinchas de Rosario, fue atacado por otro grupo de Newell’s. Recibió una puñalada en el pecho y murió minutos después. El asesino fue capturado con el cuchillo que utilizó.