Cristiano Ronaldo confirmó el regreso de su mejor versión al marcar cuatro goles tras su triplete de Riazor y guiar al Real Madrid a la remontada ante el Elche (5-1), el día que Carlo Ancelotti sentó a Iker Casillas para el debut de Keylor Navas como guardameta del equipo blanco en partido oficial.

La normalidad marcó una decisión de Ancelotti con poca base futbolística. La rotación en la portería, situación extraña en una competición como la Liga, llegó al Real Madrid con la visita del Elche. Casillas esquivó los silbidos del sector que le tiene señalado y Keylor Navas saltó al campo en un día con poco que ganar.

Desaprovechó el técnico italiano la llegada de la Champions League para hacer el cambio o el reparto de competiciones, como hizo la pasada temporada. En un extraño contexto, con el público del Santiago Bernabéu caballeroso con Keylor, al que ovacionó, llegó el estreno en partido oficial del portero costarricense como madridista. Sin tiempo para el romanticismo, porque el Elche sorprendió de inicio.