En las principales avenidas de la capital de Portugal se ve cómo avanzan hacia el centro grupos de personas ataviadas con camisetas, bufandas y banderas de los dos equipos.

Los bares y las terrazas de los restaurantes ya están llenos de españoles que recargan pilas y hacen un poco de turismo, y algunos intentan hacer negocio con la reventa de entradas, antes de posicionarse para ver la gran fiesta del fútbol.

Desde la plaza de Restauradores, cuyo monolito central conmemora la independencia de los portugueses de la corona española en 1668, hasta la del Comercio, abierta a la desembocadura del Tajo, el trasiego de aficionados es continuo.

Si los aficionados del Real Madrid son aparentemente más numerosos, los del Atlético se están haciendo notar más.

Cantos al entrenador ‘Cholo’ Simeone y canturreos del himno del club resuenan en varias zonas del centro de Lisboa, sobre todo en el bohemio Bairro Alto, donde confluyen la mayoría de bares y pubs nocturnos de la ciudad.

El trasiego en Lisboa comienza a incrementarse también en el aeropuerto de la ciudad, que está previsto que reciba unos 700 vuelos en un solo día, y en las principales estaciones de ferrocarril, la de Oriente y la de Santa Apolonia.

Por Antonio Torres del Cerro (EFE)