El césped del estadio Santiago Bernabeu, el lugar que mejor representa la gloria y la historia del Real Madrid, puso el punto y final a la intensa jornada de celebraciones a la que fue sometida la plantilla y la afición del club blanco.

Casi veinticuatro horas de recorrido con la Décima ‘orejona’, lograda en Lisboa ante el Atlético de Madrid. El final de un camino que arrancó meses atrás, en septiembre, y que finalizó de manera feliz para la entidad.

El césped del ejerció de escenario. El enorme cubo formado por cuatro pantallas gigantes en sus caras en las que se retransmitió el sábado la final para los asistentes al Santiago Bernabeu permaneció instalado sobre el verde. Un balcón instalado en la parte superior de la caja arroparía después a los protagonistas, con la Copa en la mano.

Alrededor del círculo central, una reproducción de cada una de las Copas de Europa logradas por la entidad blanca abrazaba la figura geométrica fija en el círculo central.