El plantel escocés venía realizando sus trabajos de forma habitual, cuando de pronto un sonoro ruido alertó a jugadores y cuerpo técnico.

La sorpresa fue que el estruendoso ruido se debió a un rayo eléctrico que impactó en el propio campo de entrenamiento, a escasos metros donde los jugadores del Rangers venían trabajando.

El suceso no pasó de ser una anécdota que solo dejó cierto susto y felizmente ningún herido.