El plan de Pellegrini era que el City saliera en tromba para marcar el primero cuanto antes y la estrategia surtió efecto apenas al cuarto de hora de juego, cuando Agüero aprovechó un cabezazo de Martin Demichelis a la salida de un córner para rematar de volea el primer balón de la tarde a la red.

El juego del Arsenal no mejoró al verse por detrás en el marcador, ni el City renunció al ataque, pero el equipo londinense supo aprovechar un error de Yaya Touré para equilibrar el marcador a la media hora de partido.

Aaron Ramsey le arrebató el balón a Touré y se lo dejó a Mesut Özil para que, casi sin levantar la cabeza, se inventara un pase hacia atrás que habilitó a Walcott para disparar un tiro lejano que, a pesar de que no era excesivamente potente, Costel Pantilimon no fue capaz de detener.

El marcador volvía a estar equilibrado, pero sobre el césped el dominio continuaba siendo en exclusiva de los locales. Álvaro Negredo se erigió como el atacante más activo en el Etihad Stadium y fabricó varias ocasiones de gol antes de sellar el 2-1 poco antes del descanso.

Touré abrió el juego hacia la derecha con un pase hacia Pablo Zabaleta, que controló el cuero en el interior del área y cruzó un balón recto, hacia el primer palo, que Negredo acertó a rematar a la red.

La jugada fue especialmente desafortunada para el Arsenal, que vio cómo Laurent Koscielny quedaba tendido en el suelo, con las manos en la rodilla izquierda, y tenía que salir del campo en camilla.

No fue el único que sufrió problemas físicos: Agüero tuvo que abandonar el campo cojeando, con molestias musculares, y fue sustituido por Jesús Navas al iniciarse la segunda mitad.

La tarde terminó de volverse gris para el Arsenal pocos minutos después del descanso, cuando Özil perdió un balón que permitió a Fernandinho llegar sin oposición al área de Szczesny y marcar el tercero del City.

Con el 3-1, los de Pellegrini se echaron atrás y concedieron más metros a los visitantes, que aprovecharon la ocasión para fabricar algún peligro, en especial un remate de cabeza de Olivier Giroud que podría haber metido de nuevo a los de Wenger en el partido.

Tuvo que llegar Walcott, a 25 minutos del final, para lanzar desde el borde del área un disparo envenenado a la escuadra para sellar el 3-2, un marcador que no se mantuvo más de tres minutos, hasta que llegó David Silva para meter el pie en un centro de Navas y amplió una vez más la ventaja de los locales.

Con el Arsenal rendido, una nueva pérdida de balón en el medio campo permitió a Fernandinho ampliar la goleada con su segundo tanto, el quinto de su equipo, mientras que Per Mertesacker trató de maquillar el resultado con un remate en plancha de cabeza.

Touré redondeó la lluvia de goles en Manchester con un gol de penal en el quinto minuto del descuento.

EFE