En Goodison Park, Arsene Wenger a punto estuvo de repetir experiencia. Goleados en abril por el Everton de Roberto Martúnez (3-0), habían ganado los seis partidos posteriores y esperaban un séptimo triunfo consecutivo, algo que no logran desde marzo del 2012, pero sólo evitaron la derrota gracias a una afortunada reacción en los últimos siete minutos.

En el arranque del encuentro, jugó mejor el Arsenal hasta que una falta lateral mal defendida ofreció a Seamus Coleman la oportunidad de adelantar al Everton con un gol de cabeza.

Justo antes del descanso, un error de Per Mertesacker y otro del juez asistente condenaron al Arsenal. El alemán, demasiado blando, dejó que Romelu Lukaku montase un contragolpe que concluyó con un pase hacia Steven Naismith, que aprovechó su posición adelantada para anotar un gol que no debería haber subido al marcador.

El Arsenal, que pudo verse goleado, reaccionó en el cuarto de hora final, con la entrada al campo de Joel Campbell y Santiago Cazorla. El español dio a Aaron Ramsey un pase perfecto para que éste anotase el primer gol visitante.

Luego, con el Everton asustado ante la posibilidad del empate, Olivier Giroud, que había sustituido a Alexis Sánchez, remató de cabeza un gran centro de Nacho Monreal y rescató un punto para los de Wenger.