El incidente se produjo cuando el plantel se dirigía luego de recibir sus respectivas medallas como subcampeón a los vestuarios. Fue allí que Santiago Silva, al percatarse que un periodista los filmaba por encima de un muro, le arranchó la cámara de la mano dejándolo sin reacción.

El brasileño le gritó dos veces que le devuelva su herramienta de trabajo, pero no obtuvo respuesta. Al final, ante la denuncia del periodista, la policía recuperó la cámara al buscar al jugador en los vestuarios.