La que juega este domingo ante Ruanda, no parece contentarse con el nivel de prestaciones ofrecidas por sus anfitriones de la Federación Ruandesa, que organiza la Copa de África de jugadores locales.

Cuatro toneladas de comida, un cocinero traído de Marruecos, un avión de lujo y un hotel bloqueado para los jugadores en Kigali: estas han sido las particularidades que la Federación Marroquí de Fútbol ha concedido a sus jugadores.

El nivel de lujos exigido por los jugadores marroquíes está adquiriendo dimensiones de escándalo, especialmente porque los resultados (un empate a cero en el primer partido y una derrota por 1-0 en el segundo) no parecen justificar tanto dispendio.

Si en el último partido Marruecos no gana, quedará automáticamente eliminada y no pasará a la siguiente fase, debiendo regresar con el avión, el cocinero y las toneladas de comida no consumida.