Marcos Rojo inició su carrera futbolística en el club Las Malvinas de La Plata, en Argentina, y antes de irse a jugar a Europa prometió que ayudaría a mejorar las instalaciones. Tal como lo prometió el defensor cumplió el sueño a varias futuras promesas.

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En diciembre de 2010 fue transferido al Spartak de Moscú de Rusia, que pago dos millones de euros por su transferencia. Convirtió su único gol en este equipo el 20 de abril de 2011, abriendo el marcador para la victoria de su escuadra por 2-1 sobre el Krasnodar, por los cuartos de final de la Copa de Rusia.

El lateral del Manchester United, ahora de vuelta en su país para sumarse a la selección de cara a la Copa América, jugó un amistoso en el estadio de Las Malvinas, que se construyó en parte gracias a la ayuda económica de Rojo.

Además, recordó cómo era su infancia y tuvo un gesto memorable: le regaló botines nuevos a todos los niños del club y también compró materiales para los entrenamientos.

Rojo no pudo contener las lágrimas y rompió en llanto cuando el presidente del club le agradeció por la ayuda en un discurso delante de todos los que habían ido a verlo.