El máximo organismo del fútbol inglés informó en un comunicado de que la gravedad de la agresión del uruguayo Luis Suárez justifica una sanción más dura que los tres partidos que suele imponer a los jugadores acusados de “conducta violenta”.

Una comisión reguladora independiente de la FA, formada por tres expertos, hizo pública una sanción que tendrá efecto inmediato, si bien el jugador cuenta con un plazo de dos días, hasta el próximo viernes, para presentar alegaciones.

Si la federación rechazara los argumentos del futbolista, que el martes ya aceptó los cargos que le imputaba la autoridad deportiva, Luis Suárez no podrá participar en los cuatro últimos encuentros de la liga inglesa de esta temporada.

En el minuto 74 del encuentro entre el Liverpool y el Chelsea en Anfield el pasado domingo (2-2), Luis Suárez mordió en un brazo a Ivanovic en una jugada en el área de los “blues”, una acción que el colegiado del encuentro no observó y que la FA decidió juzgar de oficio.

“La sanción de tres partidos era claramente insuficiente, por lo que el jugador deberá cumplir siete encuentros adicionales al castigo habitual”, explicó la FA.

La sanción de diez encuentros es una de las más duras que se ha impuesto a un jugador de la liga inglesa en su historia reciente, e iguala a la que sufrió el exfutbolista inglés del Southampton David Prutton en 2005 por empujar al árbitro Alan Wiley.

En 1998, el italiano Paolo di Canio, que entonces jugaba en el Sheffield Wednesday y hoy es entrenador del Sunderland, fue castigado con once partidos por agredir al árbitro Paul Alcock, mientras que el inglés Joey Barton, del QPR, fue suspendido doce encuentros por agredir a ‘Kun’ Agüero y Carlos Tévez, del Manchester City, en 2012.

Las mayores sanciones en la Premier las sufrieron el francés Eric Cantona, en 1995, que estuvo nueve meses alejado de los campos por dar una patada a un aficionado durante un partido, el exportero australiano Mark Bosnich, por dar positivo de cocaína en 2003, y el inglés del Manchester United Rio Ferdinand, por no presentarse a un test antidopaje, también en 2003.

EFE