Según detalla la prensa argentina, un informe de la fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, quien anunció una amplia investigación contra la corrupción en el mundo del fútbol, afirma que “el presidente de la Conmebol y los presidentes de la federaciones de Brasil y Argentina” recibieron sobornos por 15 millones de dólares.

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De acuerdo con la misma fuente, los sobornos habrían sido pagados por la empresa Datisa, de los empresarios argentinos Alejandro Burzaco y Hugo y Mariano Jinkis, por un contrato para realizar la Copa América 2015 (Chile), la Copa América del Centenario 2016 (EEUU) y dos ediciones más de esta convocatoria, en 2019 y 2023.

Según el informe de la Justicia estadounidense, los sobornos alcanzaron en conjunto la cifra de 100 millones de dólares.

Aunque no cita explícitamente nombres, la denuncia explica que los contratos fueron firmados en 2013, cuando Julio Grondona, fallecido el pasado año, presidía la AFA.

Los empresarios argentinos de Datisa, Burzaco y los Jinkis (padre e hijo), tienen cargos en la FIFA y fueron imputados en la causa por el pago de los sobornos.

Humberto Grondona, hijo del expresidente de la AFA, dijo, antes de que se conociera que su padre aparecía en el informe de la Justicia de Estados Unidos, que no le sorprendía la investigación y que estaban alertados de “ciertas irregularidades con las elecciones de las ciudades para Mundial”.

La Cancillería argentina confirmó que Estados Unidos presentó un pedido de arresto con fines de extradición de los tres ciudadanos argentinos vinculados con la investigación de la FIFA.

Los pedidos de extradición se suman a las detenciones de siete directivos de FIFA realizadas en la ciudad suiza de Zúrich a pedido de la Justicia estadounidense por presunta corrupción.

EFE

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