Esto viene desde Grecia, donde en una Liga de menores, este delantero remató al arco, pero su disparo no pegó una vez en el palo, ni dos, ni tres. Fueron cuatro veces: tres en los parantes y una en el travesaño.

Pero no fueron cuatro remates distintos, sino uno solo. Nadie lo podía creer. Fue algo insólito. La pelota rebotó en todo el borde del arco.

TAGS RELACIONADOS