El futbolista de 24 años fue condenado a tres años de prisión en el país sureño, sin embargo, su buen comportamiento y predisposición de reinserción a la sociedad por intermedio del fútbol le permitió ver acortado 5 meses su sentencia.

Durante su periodo de encarcelamiento, Maxim Molokoedov logró llegar en el 2012 al Santiago Morning a través de un programa de Gendarmería para darles una nueva oportunidad en la vida a los reclusos, complementando así sus noches en la cárcel con los entrenamientos.

El ruso asistía a las prácticas de su equipo custodiado por gendarmes, hasta que se dio salida en libertad y también la anulación de su expulsión de Chile.

“Sigo en Chile porque tengo contrato con Santiago Morning. Voy a jugar con ganas, ojalá pueda subir a Primera División”, dijo a los periodistas Molokoedov.

“El fútbol me abrió las puertas. Estuve 27 meses encerrado antes de probarme en el ‘Chago’ Morning; desde ese momento todos me empezaron a respetar”, agregó el futbolista ruso, quien fue ovacionado por sus compañeros en su primer entrenamiento en libertad.