El PSG empató anoche con el Olympique de Lyon, lo que le sitúa como quinto clasificado, a tres puntos del líder, el Olympique de Marsella que dirige Marcelo Bielsa.

Razonablemente satisfecho con el empate cosechado contra el Ajax en su visita al Amsterdam Arena (1-1), se esperaba la reacción incontestable del equipo más lustroso de Francia, con su gran estrella a la cabeza, Zlatan Ibrahimovic.

“Tenemos que despertarnos y sumar puntos contra el Barcelona”, había avisado entonces sobre el próximo rival del PSG en la máxima competición continental un Ibrahimovic que, a pesar de los cinco goles que ha marcado, no se parece al afilado estilete en torno al que ha gravitado su equipo en las últimas temporadas.

Ibrahimovic estuvo desaparecido y hasta el minuto 77 no tiró a puerta contra el Lyon, que empató el partido por medio de Samuel Umtiti.

Antes, a los veinte minutos de juego, Edinson Cavani había adelantado a los suyos con un remate de cabeza, cuando el dominio del PSG era incontestable.

Con el pitido final, el PSG encadenó tres encuentros, dos de liga y uno de Champions League, en los que no supo cerrar el partido con ventaja en el marcador y se dejó empatar.

“No hemos tenido suerte. Tendríamos que haber matado el partido”, reconoció Ibrahimovic, que apeló a “trabajar duro para volver a lo alto de la clasificación”.

El propósito de enmienda del capitán del PSG parece convencer, por ahora, a la dirección del club, que este verano ha gastado algo más de 60 millones de euros en fichajes, entre ellos el de David Luiz.

El presidente del PSG, Nasser Al-Jelafi, aseguró tras el empate en casa que mantiene la confianza en Laurent Blanc.

“Estará con nosotros hasta el final de temporada. Debemos trabajar juntos para encontrar soluciones. Tenemos que despertarnos un poco porque este no es el nivel del PSG”, dijo Al-Jelafi.

Blanc, por su parte, destacó que el equipo estuvo “decepcionante” en la segunda parte contra el Lyon, mismo diagnóstico que contra el Ajax cuatro días antes pero sin explicación convincente sobre la enfermedad que adolece el juego del París Saint-Germain.

“Si lograra explicarlo, primero se lo diría a mi equipo. El año pasado creábamos muchas ocasiones de gol y este año muy pocas. El hecho es que el PSG ha estado en dificultades en el segundo período”, dijo Blanc.

“No estamos en el mejor nivel de forma. Eso crispa al equipo”, analizó Blanc, que sabe que necesita encontrar la fluidez de juego y empezar a sacar ventaja a sus rivales en el campeonato nacional para poder concentrarse en su verdadero desafío, la Champions League.

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