En la segunda división de Inglaterra ocurrió lo que podría considerarse como el gol más ridículo de la historia. Un auténtico “blooper”.

Durante el duelo entre el Watford ante Leicester (0-3), el arquero del primero, el español Almunia, rechazó el balón ante un ataque rival, pero la pelota pegó en la cabeza del delantero y se introdujo en su arco.