Hace tres temporadas, el equipo tártaro era un asiduo a la Liga de Campeones, pero una vez las vacas gordas del fútbol ruso sufrieron el embate de la crisis, el proyecto del Rubín comenzó a hacer aguas.

Parece haber agotado el crédito incluso el antaño inamovible Kurbán Berdíev, el técnico que condujo al club de la república de Tatarstán a la gloria en Rusia, cuando superó a rivales de mayor nombre y potencial, como el Zenit o el CSKA.

El Rubín dio quizás la mayor campanada de la historia de la Liga de Campeones al derrotar en 2009 al Barcelona de Messi en el mismísimo Camp Nou (1-2), además de haberle arrancado dos empates al equipo catalán, ya con Guardiola en el banquillo.

Sea por falta de acierto o por falta de dinero, los rusos no han encontrado sustituto al argentino Alejandro Domínguez, que emigró hace tres temporadas al fútbol español. Cuando se enfrentó en febrero de 2013 al Atlético de Madrid, entonces campeón, la situación no era muy diferente a la actual, pero los rusos salieron victoriosos, tras lograr una histórica victoria en el Vicente Calderón (0-2).

Y es que el equipo tártaro brilla especialmente en las eliminatorias a doble partido, en las que Berdíev, un estudioso del fútbol, analiza cada detalle del juego del rival y saca de la chistera planteamientos inescrutables para sus rivales. En el Rubín militan dos españoles, César Navas (Real Madrid y Racing de Santander) e Iván Marcano (Villarreal), que son los dos centrales titulares del equipo, ya que al capitán del equipo, Sharónov, ya le pesan los años.

Navas, un gigante (casi 2 metros de altura) con pies de bailarina, es un futbolista con una magnífica salida de balón, aunque tiene problemas con los desplazamientos laterales. Mientras, Marcano jugó al principio como lateral izquierdo, pero finalmente se ha ganado un puesto en el centro, el lugar donde él se siente más cómodo.

Uno de los delanteros del equipo es un viejo conocido de la afición española, el venezolano Salomón Rondón (Málaga), quien no ha llegado a cumplir con la expectativas que despertó su fichaje.

Pasan los años y su jugador más peligroso sigue siendo el delantero turco Karadeniz, que a sus casi 34 años acaba de renovar por otras tres temporadas. La labor de creación corresponde al internacional israelí Natkho, experto a balón parado, al que cubre las espaldas el internacional francés Yohan M’Vila (Renn), que no acaba de explotar, mientras por delante juega el finlandés Yeremenko.

El Rubín se ha reforzado con el veterano centrocampista ruso Torbinski, que militó casi toda su carrera en el Lokomotiv Moscú y que disputó la Eurocopa de 2008, ya que era uno de los favoritos del holandés Guus Hiddink.

Si la plantilla ya carecía de jugadores de calidad, el Rubín perdió recientemente a uno de sus baluartes, el centrocampista internacional Riazantsev, quien fue fichado por el Zenit, campeón de invierno en Rusia. EFE