Los actos de racismo en el fútbol son cada vez más frecuentes, tanto en Europa como en Sudamérica.

En el partido disputado el domingo por la trigésimo quinta fecha de la Liga Española, el Barcelona visitó al Villarreal en el Madrigal y terminó imponiéndose por 3-2, cuando los catalanes caían 2-0.

El hecho lamentable sucedió a los 75 minutos cuando Dani Alves fue a cobrar un tiro de esquina. Mientras se preparaba el brasileño, un plátano fue lanzado desde la tribuna. El lateral, con mucha tolerancia, no tuvo mejor idea que comerse un pedazo del plátano y seguir jugando.

La acción podría costarle una sanción al ‘submarino amarillo’.