La pequeña ciudad de Chapecó, en el sur de Brasil, volvió a vibrar antes del partido amistoso ante el Palmeiras después de la tragedia que en noviembre golpeó al club local, el , un equipo que ahora resurge dispuesto a honrar la memoria de los jugadores que dejaron todo por conseguir la .

Las lágrimas bañaron antes del partido este sábado el estadio Arena Condá, donde se reunieron familiares de las víctimas del trágico accidente que quebró los sueños de un club que había llegado de manera inesperada a la final de la Copa Sudamericana 2016.

Los aficionados ocuparon desde primera hora de la tarde las gradas del estadio para transmitir ánimos al renovado equipo: con una media de edad de 24 años, el Chapecoense realizó 23 fichajes para formar su plantilla, 14 de ellos menores de 25 años, y subió a 11 jugadores del equipo juvenil.

Vestidos de verde y blanco, los hinchas volvieron a entonar la estrofa de “Somos todos Chape”, la misma que los jugadores del equipo cantaron en el vestuario cuando se clasificaron para la final de la Copa Sudamericana y que se ha convertido en un lema del equipo.

Chapecoense recibió las medallas de la Copa Sudamericana