Blanc había sido penalizado con un partido en competición europea, cuyo cumplimiento dependía de su comportamiento durante un año, por el retraso de sus jugadores al regresar al campo tras el descanso en el partido de la fase de grupos contra el Benfica el pasado 10 de diciembre.

Esa falta de puntualidad fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la UEFA, que también constató demoras en el PSG contra el Benfica del 2 de octubre y contra el Olympiakos el 27 de noviembre y consideró que se trataba de una “falta de respeto hacia los adversarios”.

El PSG, que fue condenado a 10.000 euros de multa por el mismo motivo, recurrió la sanción a Blanc y ha logrado que el comité de apelación de la UEFA la deje en un partido en suspenso, que sólo cumplirá si reincide.