El gigante sudamericano está contra el reloj, pues la gran mayoría de las obras para el desarrollo del Mundial de Fútbol están aún sin comenzar a tres años de iniciarse la máxima fiesta deportiva del globo.

Los estadios, los aeropuertos y el transporte urbano son los principales quebraderos de cabeza para los organizadores, obligados a ponerse manos a la obra contra reloj, en algunos casos sin un proyecto arquitectónico o sin convocar la licitación pertinente.

Las autoridades brasileñas quieren un Mundial con doce estadios y doce ciudades, pero los retrasos en el inicio de las obras ya amenazan a varias de ellas.

Hasta ahora se ha terminado el 7,5 % de las obras, según un reciente reportaje de la revista Veja, que calculó que al ritmo de trabajo actual, Brasil solo conseguirá terminar los estadios en 2038.