La nueva norma, anunciada el pasado marzo por la propia mandataria brasileña, permite a los clubes que renegocien sus deudas millonarias con el fisco y con la Seguridad Social, pero establece como contrapartida la adopción de buenas prácticas administrativas y financieras.

El decreto está en vigor desde el pasado 19 de marzo pero tiene carácter provisional y tendrá que ser debatido por el Congreso para transformarse en una ley.

La CBF dijo en un comunicado que el decreto está “fuera de la realidad” y calificó algunas de sus contrapartidas como “contrarias” a los intereses de los clubes y las federaciones regionales.

El artículo que más preocupan a la CBF es el que limita los mandatos de los dirigentes de los clubes por dos períodos consecutivos de cuatro años.

La federación también cuestionó el establecimiento de límites al gasto en el departamento de fútbol y la obligación de invertir en el fútbol femenino.

Según la CBF, ningún equipo de la primera división ha aceptado adherirse al programa de renegociación de sus deudas debido a estas condiciones, a pesar de los serios problemas financieros que afectan a la gran mayoría de los equipos.

El Gobierno brasileño de Dilma Rousseff calcula que los clubes de fútbol adeudan cerca de 4.000 millones de reales (unos 1.250 millones de dólares) al fisco y a la Seguridad Social.

Los clubes que se inscriban en el programa de forma voluntaria tendrán un plazo de 20 años y condiciones favorables para el pago de sus deudas, pero tendrán que comprometerse con las buenas prácticas de gestión.

EFE