Es casi imposible que se vuelva a ver algo así en el fútbol, al menos no en muchos años. En el fútbol de Turquía se dio uno de los blooper más insólitos que hayan ocurrido en la historia de este bello deporte.

En un partido de segunda división turca, el jugador del equipo B del club Gaziantep provocó un gol en propia puerta de manera increíble y todo por celebrar con el arquero, quien poco antes había atajado un penal.

Sí, el jugador se abalanzó a su arquero para felicitarlo por su felina estirada, pero al hacerlo lo empujó demasiado, tanto que provocó que soltara el balón y traspasara la línea de gol, a pesar que intentó evitarlo.

Los jugadores rivales reclamaron y el árbitro validó el gol. El arquero simple y llanamente no lo podía creer.

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