es el primer finalista de la presente , al dejar fuera de carrera al , con el que cayó 2 a 1 en el estadio Allianz Arena, pero le alcanzó para sacar su boleto a Milán gracias al gol conseguido en calidad de visitante.

Todo en un escenario imponente, por la intensidad del partido, por el alto voltaje del equipo alemán, por la tensión, por la batalla por cada pelota, por unas cuantas fricciones y por la amplitud y la posesión del conjunto local. No le importó en exceso al Atlético, que le concedió el balón, pero poco más en un rato.

Sólo hubo una grieta en media hora en la retaguardia del Atlético de Madrid, solventada por Jan Oblak, agigantado de nuevo ante el polaco Robert Lewandowski, sujetado al control y las ayudas del equipo madrileño, al que una jugada fortuita castigó con el 1-0: una falta lanzada por Xabi Alonso, un toque decisivo en el uruguayo Giménez y el gol.

Un encuentro de tal dimensión y un rival de tanto poder ofensivo no permiten ningún error. Ni una sola falta al borde del área, la que equilibró la eliminatoria en el minuto 31. Un golpe al que siguió otro impacto; un agarrón en el área de Giménez, de los que hay muchos y se pitan pocos. El turco Cüneyt Çakir lo señaló, Müller lo lanzó, Oblak, sensacional, lo paró y el Atlético sobrevivió.

Era el minuto 34, un momento decisivo y un partido estresante para el conjunto rojiblanco, porque el Atlético de Madrid sufría desde su nula salida ofensiva. No se estiraba hacia el campo contrario, con toda la inquietud que eso conlleva, con el ‘efecto’ rebote que causaba en el Bayern Munich, de nuevo, una y otra vez, perfilado hacia su ataque.

Hasta el descanso, hasta que lo solucionó el Atlético, movido su banquillo con la entrada del belga Yannick Carrasco, más presente ya en terreno rival, por extensión menos apurado atrás, y revitalizado de la mejor forma, desde el gol, desde una pared entre Griezmann y Fernando Torres culminada con un zurdazo del internacional francés, en posición dudosa cuando recibió el pase final del madrileño.

Un contragolpe vertiginoso, una conexión estupenda entre ambos atacantes y más de media eliminatoria, la final de Milán a la vista, cada vez más cerca, en el minuto 53; aún mucho por jugar y por ganar, pero el panorama ya era muy distinto. No llegaba tanto el Bayern Munich , sí lo hacía el Atlético de Madrid, con un disparo de Juanfran, hasta el tramo final, hasta el 2-1 de Lewandowski a pase de Arturo Vidal.

Sufrir para ganar. No le quedaba otra al Atlético, que falló un penal que no había sido, Javi Martínez derribó a Torres fuera del área, en el 83, que resistió de nuevo en su área, con un par de intervenciones más de Oblak y que disputará el próximo 28 de mayo su segunda final de la Champions League en dos años.