Dos golazos del uruguayo y el argentino en media hora encarrilaron las semifinales de la para el , ganador contra el por las genialidades de su ataque y por su resistencia en el segundo tiempo frente a la reacción, la insistencia y el 1-2 local.

El Barcelona fue poderoso en ataque en el Vicente Calderón. Al contragolpe, la destreza que manejó durante muchos tramos en el Calderón, con desborde y determinación, toda la que demostró Luis Suárez en el 0-1 y Lionel Messi en el 0-2, dos goles distintos, pero los dos demoledores para el conjunto rojiblanco en sólo 33 minutos.

También lo fue el 0-2 de Messi. Si Suárez necesita poco para crear un gol, el argentino necesita menos. Ni siquiera estar dentro del área ni siquiera tener el camino libre ni siquiera una pared. Sólo una pelota al borde del área que perfiló y enganchó con la izquierda, potente, junto al poste, inalcanzable para el portero.

Encendido el Calderón, rehecho el Atlético Madrid, llegó el 1-2 en una jugada de estrategia. La puso Gabi Fernández en el área, la prolongó Godín desde un costado y la remachó a gol, desde el otro, también de cabeza, Griezmann, desaparecido 45 minutos y omnipresente después, también en la ocasión que salvó milagroso después Jasper Cillesen.

También hubo paradas de Moyá, como el vuelo que requirió una falta magistral de Messi, repelida entre su mano y el larguero; dos remates de Fernando Torres; un disparo del brasileño Filipe Luis; otro de Griezmann y más asedio del Atlético, insuficiente para igualar un partido encarrilado antes por Luis Suárez y Messi.