Un sobresalto, a los 50 segundos, en un duelo de alta intensidad, constante fricción y fútbol con cuentagotas, enredado el Real Madrid en las apretadas líneas del Atlético, un bloque casi impenetrable cuando se junta en su campo, y desactivado en ataque el conjunto ‘rojiblanco’ por la posesión rival… salvo en su veloz contragolpe.

Porque el Atlético de Madrid, sin el croata Mario Mandzukic de titular, una de las siete rotaciones en el once tipo local, trazó un partido similar a muchos del curso pasado, apoyado en su rigurosidad en la retaguardia y lanzado arriba por la zancada de Torres y Griezmann, que probó al portero costarricense Keylor Navas al cuarto de hora.

Nadie se aventuraba a un posible error atrás, como el que cometió Raphael Varane ante Griezmann, pero del que se rehizo el central con una formidable reacción, ni nadie arriesgaba más de la cuenta camino del intermedio con dos ocasiones más, una por bando: un remate de Raúl García salvado por Marcelo y un tiro centrado de Karim Benzema.

La prioridad era minimizar los daños en cada portería, no el gol en el otro área. Cada uno a su manera y cada uno con contados y tímidos momentos de rebelión contra la táctica, pero, ya consumidos los primeros 45 minutos, los dos con un juego plano, previsible y atascado en las defensas contrarias, por encima de los ataques.