El debate surgió durante un partido de la trigésima segunda jornada del Campeonato Brasileño jugado el pasado sábado en el que el Palmeiras perdió 2-1 con el Internacional después de que el árbitro anulase al primer equipo un gol marcado con la mano por el delantero argentino Hernán Barcos.

El Palmeiras, que está seriamente amenazado de bajar a segunda división, pidió la anulación del partido porque cree que el árbitro invalidó el gol con la ayuda de imágenes de televisión, lo que no está permitido por la FIFA.

El equipo paulista argumenta que el árbitro primero autorizó el gol y minutos después lo anuló a instancias del delegado de campo, Gerson Baluta, que supuestamente preguntó a los periodistas que trabajaban a pie de la cancha.

El Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD) admitió la denuncia a trámite y, hasta la fecha del juicio, previsto para las próximas semanas, recomendó a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que no le compute la victoria al Internacional.

La polémica ha convertido en un avispero los banquillos de los clubes de fútbol y las columnas de opinión de los medios deportivos y generalistas de todo Brasil.

“El Palmeiras es demasiado grande, es un club grande. No debería de estar en esta situación. Y encima después del partido protesta por el gol anulado. ¡Por Dios, el gol fue irregular, no tiene derecho de protestar por un gol anulado que fue irregular!”, exclamó Ronaldo Nazario da Lima, exjugador del Corinthians, el mayor rival del Palmeiras, en un programa de televisión.

El entrenador del Corinthians, Adenor Bacchi Tite, echó más leña al fuego y afirmó hoy que “en muchos partidos” ha visto a los árbitros y sus auxiliares preguntando a los periodistas por jugadas dudosas.

“En muchos partidos vi al árbitro, el auxiliar y el cuarto árbitro preguntando a los periodistas si el jugador estaba en posición legal o en fuera de juego, por ejemplo, pero nunca cambiaron de opinión después de pitar”, afirmó Tite.

EFE