Antonio Cassano apareció como una gran promesa del fútbol italiano, pero las constantes indisciplinas lo hicieron perder brillo y su presente es bastante desconcertante al no tener ni siquiera un club donde entrenar.

La vida golpea y te enseña de ese modo. Antonio Cassano lo sabe. Llegó a ser figura del Real Madrid, fichado por seis años, pero donde solo militó uno. Estuvo en la Roma, Inter de Milán y ahora último en la Sampdoria.

Justamente, este club, al no renovarle contrato, le permitió que entrene con sus divisiones inferiores. Sí, el gran Cassano trabajaba con la sección primavera del equipo de Génova, pero ahora le quitaron ese privilegio.

La dirigencia de la Sampdoria le comunicó de manera oficial que ya no ingrese más al club. Es decir, “toma tus cosas y vete”.

“Tras una escena digna de Oscar dirigida por Ferrero, Romei y Giampaolo (presidente, abogado y entrenador del equipo) esta tarde, sin pelotas, me han comunicado a través de Carlo Osti (director deportivo) que desde mañana no podré entrenar más con los chicos del equipo Primavera de la Sampdoria. Cierro definitivamente el capítulo Sampdoria. Sé que todavía puedo dar mucho al fútbol”, publicó el delantero itálico en Facebook.

Con 34 años, cumplirá 35 en julio, Antonio Cassano ya no tiene muchas opciones, más cuando se conocen sus múltiples indisciplinas. De momento, descartó el fútbol chino y la palabra “retiro” asoma en el horizonte.

“Fui adicto el sexo. Cuando uno tiene 20 años y le gustan las chicas tiene una fuerza que puede hacerlo cada día. Y tenía la oportunidad. ¡Era Cassano, el futbolista del Madrid! Si hubiera trabajado en cualquier otra cosa no me hubiera mirado ninguna… ¡Ni mi madre! (risas). Yo soy bueno, pero no guapo. En el Madrid mi rendimiento no mejoró con el sexo, no. No jugaba porque tenía diez kilos de más. Tenía la cabeza en otra cosa. Pero cuando estaba en la Roma sí me ayudaba”, dijo Cassano en otra oportunidad.