Hace 24 años la selección alemana se proclamaba campeona del mundo en la final ante Argentina, en Italia 90. El único tanto del partido fue marcado de penal por el lateral Andreas Brehme, luego de una polémica falta cobrada por Edgardo Codesal.

Sin embargo, la gloria que consiguió el germano se fue extinguiendo y las malas decisiones lo sumieron en la miseria y él mismo lo ha reconocido tras afirmar que no cuenta con un empleo estable desde hace ocho años, desde el 2006, cuando formó parte del cuerpo técnico del Stuttgart, llevándolo a la situación actual donde se encuentra a punto de perder su casa por una deuda de 200.000 euros.

Con tres mundiales disputados (1986, 1990 y 1994), Brehme dijo adió al fútbol en 1998, con 38 años, para seguir ligado al mundo del fútbol. Su carrera como entrenador no fue exitosa.

Según el diario alemán Deutsche Welle, el exjugador teutón tiene que responder ante un juzgado de Múnich por deudas acumuladas que no ha cancelado. Se habla de «una cifra cercana a los 200.000 euros», que corresponde a un préstamo pedido por el exjugador del Bayern e Inter. Incluso, se enfrenta a la posibilidad de perder su casa, ya hipotecada desde hace varios años por otros 400.000 euros.

Por eso, el que fuera su entrenador en aquella selección en 1990, Franz Beckenbauer, ha reclamado públicamente ayuda para Brehme y la respuesta no se hizo esperar, cuando Oliver Straube, otro exfutbolista, le ofreciera trabajo en su compañía limpiando inodoros.

«Estamos dispuestos a emplear a Andreas Brehme como ayudante en nuestra firma. Allí se enterará lo que es trabajar de verdad haciendo el aseo de los sanitarios e inodoros. Eso le servirá para enterarse de cómo es la vida y mejorar su imagen. Eso sí es ayudar a Brehme», manifestó.