Algunos hinchas de Alianza Lima recordarán a Luis ‘El Potro’ Romero, delantero uruguayo que militó en el cuadro victoriano en 2002 y que tuvo un paso por el Cagliari de la Serie A de Italia, además de Peñarol y Nacional, los dos clubes más grandes de su país, con los que ganó títulos.

Luis Romero tiene dos hijos, uno de 10 y una niña de 13. El primero murió asesinado, se presume, la noche del jueves, nada menos que por su entrenador en la escuela de Baby Fútbol de Maldonado.

La madre del menor Alexandra Pérez reconoció que su relación con Luis Romero solo duró 5 años y que recibió una compensación tras su separación.

Luego, apareció en el horizonte un entrenador de nombre Fernando Sierra, quien no solo entrenaba a Felipe Romero, el hijo del ‘Potro’, sino que se hizo muy amigo de él, tanto que se presentaba como su padre y el niño como su hijo.

Viajaron juntos y solos muchas veces, incluso salieron a Brasil con permiso firmado por ambos padres.

Hace unos días, unos psicólogos del colegio de Felipe hablaron con la madre de este debido a ciertos comportamiento y le aconsejaron que pida al entrenador no frecuentar a solas al menos.

La madre cumplió la recomendación y le dijo, según testigos, la siguiente farse a Sierra: “Mirá Fernando, las psicólogas me advirtieron que no podés volver a estar a solas con Felipe. Tomalo como quieras. Pero tenés que aceptar esto que te estoy planteando. Te lo pido por favor”.

La respuesta fue brutal: “si me alejas de él,me mato”.

Promesa que cumplió. Según la investigación policial, que publicó el diario El País de Montevideo, Fernando lo tenía todo planeado: alquiló un auto por 20 días, compró 3 blister de calmantes que se venden sin receta médica, cargó un arma y recogió a Felipe poco antes de la hora de salida del colegio.

Se lo llevó a las afueras de la ciudad, arrojó su celular por la carretera para no ser rastreado por el GPS, estacionó su vehículo, se metió 300 metros por una zona de arbustos y cometió el asesinato. Disparó al menor, quien estaba dopado, y luego se suicidó. La policía lo encontró abrazado al menor.

La autopsia no encontró violencia en el niño, pero si la sustancias en su organizamos que determinan que tomó gran cantidad de calmantes.