A la espera de que Luis Enrique plasme su propuesta sobre un 4-3-3, Suárez está llamado a completar una delantera donde se intuyen como insustituibles Messi y Neymar, mientras el aficionado culé cuestiona la idoneidad de una incorporación que precipitó el adiós de Alexis Sánchez tras completar su mejor año.

Con la llegada de Suárez, el Barcelona se cita con el recuerdo del tridente que en su día formaron Thierry Henry, Samuel Eto’o y el propio Messi en la primera temporada de Pep Guardiola como técnico y que se cerró con la conquista de tres títulos antes de que David Villa y Pedro Rodríguez tomaran el relevo del francés y el camerunés en los flancos.

La ambición de Villa y el carácter indomable de Eto’o convergen en el perfil de Suárez, de quien Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona, alabó su capacidad para caer a banda.

A la espera de que el Barcelona se decida a reforzar una zaga lastrada desde la baja por enfermedad de Eric Abidal y las repetidas lesiones de Carles Puyol, además del intermitente rendimiento de Gerard Piqué, el subcampeón de la Liga confía en reflotar la confianza de la hinchada con el fichaje de Suárez, vinculado al club desde su etapa en el Ajax.

Sus primeras apariciones en Holanda situaron al aguerrido futbolista, representado por Pere Guardiola, hermano de Pep, en la agenda de los grandes equipos europeos aunque fue el Liverpool quien disfrutó en las últimas fechas de un delantero caracterizado por ser, a un tiempo, goleador y asistente.