El Mundial Brasil 2014 será inolvidable para James Rodríguez, quien, superando toda expectativa, no solo se convirtió en el máximo goleador con seis anotaciones, sino que además fue el trampolín para alcanzar el sueño de su vida: jugar en el Real Madrid.

Con 23 años, James, que siempre expresó su admiración por el Real Madrid, y en especial por Cristiano Ronaldo, había reconocido que se iría a jugar al equipo español “con los ojos cerrados”.

Su deseo se hizo realidad gracias a su gran desempeño en el Mundial, donde fue la figura de Colombia, el máximo goleador y uno de los más destacados jugadores.

Sin dejar de mencionar que el primer gol que le marcó a Uruguay en los octavos de final fue considerado por el 75 % de los cuatro millones de votos que se registraron en la página de la FIFA, como el mejor de Brasil 2014, por encima del tanto de Robin Van Persie, de palomita, ante España.

El Mundial, sin buscarlo, le dio a James una especie de revancha pues desde las Eliminatorias estaba a la sombra de Radamel Falcao García, quien era el llamado a ser el ídolo y la figura del grupo de José Pekerman.