Sonó el pitazo final y todos se confundieron en abrazos y felicitaciones. Lima fue el escenario de su clasificación histórica a los octavos de final de la Copa Libertadores tras igualar con Sporting Cristal en el estadio Nacional. Guaraní de Paraguay tocó su cielo en el Perú y al final del partido incluso agradecieron a Dios de rodillas por su hazaña.

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Lo anhelaban, los pelearon y celebraron. Guaraní llegó a Lima con la idea de lograr su ansiada clasificación a la siguiente fase de la Copa Libertadores. Abrieron el marcador en el primer tiempo y tras el empate de Sporting Cristal en el segundo tiempo, supieron soportar la presión local a la “paraguaya”, como diría su entrenador, Fernando Jubero, en la conferencia de prensa.

Rezaron un Padre Nuestro, de rodillas, sobre el gramado del nuestro primer escenario deportivo. Ahora regresarán a Asunción como héroes.