“Los estadounidenses intentan herir a la FIFA porque no consiguieron tener la sede de la Copa Mundial 2022. Es algo personal”, defendió el trinitense en una conferencia de prensa transmitida por internet.

Jack Warner, expresidente también de la Confederación de Fútbol de Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) y uno de los catorce acusados en el reciente escándalo de corrupción que ha sacudido a la FIFA, indicó que aún si él hubiera votado a favor de EE.UU. para que fuese sede, el país no habría ganado la contienda.

“Ellos recibieron tres votos. Aún si me hubiera arrodillado y les hubiera conseguido seis, ellos habrían perdido igual. No entienden que hay regiones en el mundo a las que no les gusta EE.UU. y yo no tengo nada que ver con eso”, expresó el político de 72 años.

El exejecutivo deportivo aseveró que la nación norteamericana ha emprendido “evidentemente” una “cacería de brujas” y llamó la atención sobre el hecho de que las autoridades del país norteamericano hayan presentado acusaciones sólo contra ejecutivos de la Concacaf.

“EE.UU. cree que tiene el divino derecho de ser sede de la Copa Mundial y no creen que un país como Catar, un país pequeño y musulmán, tenga el derecho de ser sede de la Copa Mundial”, dijo Warner, horas después de salir el jueves de prisión en una ambulancia, previo pago de una fianza de 2,5 millones de dólares trinitenses (unos 394.000 dólares estadounidenses).

Warner ha arremetido también contra el Gobierno de su país por “aliarse” con Washington para tratar de dañar su carrera política.

“Esto es parte de un esquema del Gobierno (de Trinidad y Tobago) para ganar las elecciones”, defendió Jack Warner ante la cercanía de los comicios nacionales previstos para septiembre.

EFE