Las autoridades chilenas están convencidas de que los triunfos de la selección en la conllevan un aumento de la contaminación atmosférica, por lo que han decidido incorporar la quema de carbón de los asados al modelo predictivo de la calidad del aire.

Santiago vive este martes su sexta preemergencia ambiental por mala calidad del aire y la quinta consecutiva en lo que va del año, y las autoridades temen que la situación empeore si la Roja gana este miércoles a y avanza a la final de la Copa América Centenario.

Así lo advirtió el intendente (gobernador) de Santiago, Claudio Orrego, en cuya opinión el aumento de la polución en los últimos días se debe en parte a los asados con que los hinchas celebraron el pasado sábado la goleada 0-7 que la Roja le propinó a México en los cuartos de final del torneo.

Disfrutar un asado junto a la parrilla es una costumbre atávica de los chilenos cuando juega la Roja y según Orrego, los “cien mil asados” preparados el sábado contribuyeron a la mayor polución de los días siguientes, por lo que hay que prepararse para el próximo partido, según dijo a radio Cooperativa.

“Lo que ha quedado en evidencia es que hay un efecto que no tiene nada que ver con las condiciones meteorológicas, que es el ‘efecto partido’ y en consecuencia, cuando hagamos el pronóstico para el día jueves vamos a incorporarlo, porque de verdad altera todos los antecedentes que tiene el modelo predictivo”, sostuvo.

“Estamos preocupados porque las condiciones de ventilación no han mejorado mucho en Santiago. Hemos tenido mucho frío y eso hace que se concentre mucha contaminación en el ambiente y tengamos graves problemas de salud en las personas”, manifestó.

Héctor Jorquera, experto en el tema, explicó en tanto que por “cada kilo de carne que se hace en parrilla a carbón se emiten más o menos 10 gramos de material particulado fino”.

“Si en 50 mil hogares se hacen asados en Santiago, significa media tonelada que se emitió en forma bastante puntual al anochecer y durante el partido”, detalló en alusión al encuentro con México.

Situada en un valle rodeado de montañas, la capital chilena carece en otoño e invierno de brisas que contribuyan a la dispersión de las partículas nocivas, a lo que su suma un fenómeno de inversión térmica, con menores temperaturas a ras de suelo que en altura, por lo que la polución se mantiene junto a la superficie.

La preemergencia se aplica cuando se acumulan más de 300 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico de aire e implica la paralización de más de 1.200 industrias y la salida de circulación de cerca de 300.000 vehículos motorizados, entre otras medidas.

El pasado sábado, la polución alcanzó a 377 microgramos a la hora de comienzo del partido con México y dos horas después de su término cinco estaciones de medición de la calidad del aire alcanzaron el nivel de emergencia ambiental, de 500 o más microgramos por metro cúbico de aire.

El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, coincidió en que en ese contexto “es posible considerar el ‘factor partido’ en la decisión final”, aunque advirtió que la mayor presencia de vehículos en las calles, con hinchas que salen a celebrar los triunfos, también aumenta los índices de polución.

Badenier, no obstante, frente a opiniones que apuntan a prohibir los asados, descartó que se puedan incorporar de forma anticipada al modelo predictivo, “pues sólo considera datos objetivos”.

En ese contexto, las autoridades se han limitado hasta ahora a “recomendar” no preparar asados a carbón si Chile pasa a la final de la Copa América.

En algunas regiones del país austral la situación es igual o peor que en la capital, por el uso masivo de leña como combustible para cocinar y calentar las viviendas.

Coyhaique, capital de la región de Aysén, en la Patagonia, ha tenido en lo que va de este año 57 días críticos de polución, mientras varias ciudades de La Araucanía, Bío Bío y Maule, entre otras regiones, afrontan situaciones similares.