La vitamina D es una hormona con múltiples funciones en el cuerpo humano, como facilitar la absorción de calcio para la salud ósea y para el sistema nervioso central, por lo que es indispensable para un adecuado neurodesarrollo desde la infancia.

Entre las funciones de la vitamina D se destacan el fortalecimiento de las defensas y sistema inmune, indispensable durante los primero años de vida, además de que está implícita en varias regiones del cerebro relacionadas con las capacidades cognitivas, desarrollo del lenguaje y regeneración neuronal.

Además, ayuda a prevenir cánceres, como los de mama y páncreas, mantener niveles adecuados y permite prevenir el riesgo de otras enfermedades crónico-degenerativas como la obesidad, diabetes e hipertensión, así como asma, alergias, osteoporosis y anemia.

Para asegurar el adecuado consumo de vitamina D, se debe consumir alimentos ricos en esta vitamina o suplementos indicados previamente por un médico.

Entre los alimentos que la contienen y se encuentran en la naturaleza se cuentan principalmente el salmón, sardina, hígado, aceites de pescado, yema de huevo y leche fortificada.

Fuente: Salud180.com