Adriana Ortemberg, autora del libro “La cocina de la felicidad”, explica que no se siente en pena y tristeza por que las neuronas se comunican entre sí a través de neurotransmisores, los cuales tienen funciones específicas.

De los niveles de estos neurotransmisores depende nuestra capacidad de concentración, equilibrio emocional, motivación, claridad mental, deseo sexual, etc., así como irritabilidad, depresión, tristeza, falta de memoria e hipoactividad.

Además, explica la autora, todos los neurotransmisores tienen precursores; es decir, sustancias que permiten que aquéllos se fabriquen, un ejemplo son las azúcares.

Es cierto que una deliciosa bola de helado de vainilla francesa o un pedazo de chocolate blanco con nuez es un auténtico regalo para nuestro paladar, que por su aporte nutrimental, nos brindan esa palmadita de ánimo que necesitamos.

Sin embargo, también existen algunos ‘antidepresivos naturales’, como el plátano, lechuga, piña, huevos, queso fresco, dátiles, aguacate y pavo, que debido a sus colores brindan alivio desde la vista, pero además, si se combinan con algo de proteína, infunden la energía para salir adelante en esos momentos de desánimo.

De hecho, al momento de preparar un coctel es buen consejo que no falten algunos de los siguientes colores: amarillo, rojo y naranja. Por lo cual, la autora nos comparte una sencilla receta para preparar un delicioso platillo que ayuda a reanimarnos a media mañana, o bien como merienda:

De esta manera, si pensamos en cosas agradables o ponemos música mientras cocinamos, crearemos una energía positiva que finalmente irán a parar a lo que servimos en la mesa”, finaliza la autora.

Fuente: Salud180