El chef inglés Gordon Ramsay, como algunos otros expertos de la gastronomía, promueven desde hace varios años que volvamos a preparar los alimentos, evitemos la ‘comida rápida’ y de una buena vez por todas, abandonemos las razones y pretextos que siempre utilizamos para no cortar una cebolla ni en defensa propia, para así disfrutar de todos los beneficios que nos brinda vestir un lindo delantal y entrar a la temida cocina.

En el “Manual de la cocina para la felicidad”, escrito por los monjes budistas, los autores explican que los resultados de realizar cualquier actividad culinaria de modo concentrado y tratando de poner nuestra positividad en la acción llevada a cabo, se puede comprobar de un modo inmediato.

Indican que por ejemplo, si se prepara una ensalada, por sencilla que esta sea, de una forma en la que estemos concentrados en lo que hacemos, será distinto si tenemos nuestros pensamientos desordenados y esto se puede percibir en la manera en la que combinamos y acomodamos los vegetales en el plato.

El simple hecho de participar en la preparación de los alimentos, nos permite disfrutar de las maravillosas combinaciones de los colores que algunos vegetales y frutas producen al momento de estar mezclados, los aromas pueden ser tan provocadores que hacen que nuestras papilas gustativas saliven sólo al percibir una salsa picosa o un dulce almíbar.

Fuente: Salud180.com