El cerebro responde a nuevas experiencias mediante la creación de conexiones entre neuronas, llamado sinapsis, lo cual ocurre, en el caso del miedo, en el grupo nuclear de la amígdala en el lóbulo temporal, según información de psyscience.com

Este proceso permite al cerebro establecer un mapa del mundo en relación con sus emociones y vivencias, de acuerdo con el profesor Andrew Tobin, de la Universidad de Leicester.

Por ello sólo recordamos la esencia de lo vivido, y no lo vivido tal cual, relacionándolo más con la impresión que nos genera, por lo que un recuerdo del miedo viene a la mente de manera más intensa de lo que en realidad pudiera ser.

De acuerdo con los especialistas de la Universidad de Uppsala, esto muestra que se puede afectar el contenido de la memoria al interrumpir el proceso de reconsolidación, que sigue al proceso de recordar.

Ese fue el resultado de su investigación, publicada en el Academic Journal Science, en la que mostraron a un grupo de personas una foto neutral, mientras que les aplicaban un choque eléctrico, creando un recuerdo asociado al miedo.

Luego de interrumpir este proceso, mediante un “entrenamiento de extinción” (proyecciones continuas de la misma foto), modificaron el proceso de reconsolidación tras un periodo de tiempo.

Al hacerlo, la memoria se hizo neutral y no motivó más el miedo, lo cual confirmaron por medio de una resonancia magnética en la que no observaron actividad ni rastros de la memoria (de miedo) en el cerebro.

Por lo cual, si se modifica este proceso, es posible modificar todos aquellos episodios asociados con el miedo, lo que brinda alivio no sólo a quienes tienen pesadillas, sino también a quienes sufren trastornos de ansiedad, fobias, estrés postraumático y ataques de pánico.

Fuente: Actitudfem