Muchas personas comen un diente de ajo en el desayuno, tal como si se tratase de un medicamento, pues ellos sabes muy bien que este fruto tiene una amplia utilización farmacológica.

Veamos cuáles son sus propiedades curativas:

Hipolipemiante: Disminuye el nivel de colesterol en la sangre produciendo un efecto cardioprotector. De esta manera el ajo contribuye en la prevención de enfermedades coronarias y accidentes vasculares cerebrales.

Vasodilatador periférico: Este efecto causa un aumento del calibre de los vasos y se produce por una reducción de agentes vasopresores como las prostaglandinas y angiotensina II, y por una activación de una óxido-nítrico sintetasa que produce óxido nítrico.

Antihipertensivo: Este efecto hipotensor del ajo es causado por el efecto vasodilatador. En dosis elevadas, el ajo provoca un descenso de la tensión arterial, tanto de la máxima como la mínima.

Hipoglucemiante: El ajo normaliza el nivel de glucosa sabguinia y por lo tanto, es bueno que lo utilicen los diabéticos y los obesos.

Antibiótico y antiséptico general: El poder bactericida del ajo en el conducto intestinal es selectivo por lo que a diferencia de los antibióticos sintéticos, regula la flora intestinal y no la destruye, ya que sólo actúa sobre las bacterias patógenas.

Estimulante de las defensas: El ajo aumenta la actividad de las células defensivas del organismo. De esta manera, actualmente cada vez más se está utilizando el ajo como complemento en el tratamiento del sida.

Anticancerígeno: Hay estudios que han demostrado que el ajo bloquea la formación de potentes anticancerosos, denominados nitrosamina, que pueden producirse durante la digestión de determinados alimentos.

Vermífugo: El ajo actúa contra los parásitos intestinales, especialmente contra Enterobius vermiculare, pequeños gusanos blancos que provocan picor anal en los niños.

Tonificante y depurativo: El ajo activa reacciones químicas del metabolismo y favorece los procesos de excreción de sustancias de deshecho.

Desintoxicante: Especialmente destinado para los tratamientos para dejar de fumar. Normaliza la tensión arterial elevada del fumador y ayuda a vencer el deseo por fumar.