Muchas personas se frustran por determinadas cosas y situaciones que no saben cómo manejar, un ejemplo claro de ello es el temible ingreso a la Universidad por parte de un adolescente.

La doctora Eva Caballero Jiménez, psicóloga del hospital SISOL de San Martín de Porres, analizó el origen de este sentimiento que tanto daño le hace a las personas y dijo que las frustraciones o sentimientos de culpa son infundidos por los padres desde la niñez.

Caballero Jiménez dijo que a esto se suma el hecho de que en el mercado existen muchas universidades, que ilusionan a los adolescentes estando aún en el colegio y que en muchos casos hasta ya son ingresantes.

“¿Qué clase de profesionales estamos formando si la currícula formativa de la educación escolar tampoco está bien?”, se preguntó.

La psicóloga indicó que si estas reacciones negativas no son identificadas y tratadas pueden producir miedos nuevos y repetitivos, falta de capacidad para controlar los impulsos, enojos frecuentes acompañados de llanto, pesadez, dolores de cabeza así como dificultad para dormir, y en muchos casos poco o excesivo apetito.

Por ello recomendó a los padres de familia salir del “mundo acelerado” en el que viven sus hijos, tratar de relajarlos y de comprenderlos; ya que el éxito no es malo, pero el fracaso tampoco.

Agregó que una buena orientación vocacional es fundamental, con un seguimiento acertado y efectivo por lo menos en sus 3 últimos años de estudio escolar, y mejor si es de manera personal y no grupal como se acostumbra.