El término inglés síndrome de burnout, que se traduce como estar ‘quemado’ por las actividades que una persona realiza. Por lo general se liga al aspecto profesional, sobre todo a quienes se desenvuelven en actividades en las que hay un contacto directo y constante con otros individuos, así como en profesiones que exigen un alto grado de responsabilidad.

Los principales síntomas de este síndrome son: Fatiga crónica, cansancio, dolores de cabeza, musculares, de cuello y espalda, insomnio, pérdida o aumento de peso, desórdenes gastrointestinales, malestares en el pecho, palpitaciones, hipertensión, crisis asmática, resfriados frecuentes y aparición de alergias, las cuales son las alarmas psicosomáticas. Si notas alguno de estos síntomas, llegó la hora de tomar un descanso y visitar al médico.

Es común que pensemos que un buen descanso está ligado necesariamente a dejar nuestro lugar de origen para visitar una playa o un sitio que nos atraiga, durante muchos días pero a veces, sobre todo en estos tiempos, resulta complicado disponer de dinero suficiente e incluso de un periodo de vacaciones amplio para hacerlo. No obstante, el hecho de romper con la rutina, dedicarnos a alguna tarea que nos satisfaga y que mantenga la mente ocupada en otra cosa, es una buena alternativa para procurar ese momento de esparcimiento.

Fuente: Salud 180