Durante el día no faltan esos inconvenientes que pueden malograr nuestro día y sobretodo nuestro buen humor. Pero puedes combatirlo poniendo en práctica algunos hábitos que te pondrán de mejor ánimo. Contexto Tucumán nos sugiere ocho interesantes trucos para decirle adiós al mal humor:

Lávate la cara

Sí, así de fácil. Échate agua fresca en el rostro. Además de refrescarte, cambiará tu humor en un instante.

Quizá quieras optar por todo lo contrario, y humedecer una toalla con agua tibia y pasártela por la cara, relajando tus músculos y ayudándote a relajarte (quizá podrías agregar una esencia y así tienes un 2×1).

Llama a un amigo

Pero en serio se trata de hablar, no de enviar mensajes instantáneos con tu celular. Ojo, no se trata de hablarle para desahogar tu mal humor.

Solo escucha la voz de alguien a quien aprecias, escucha y conversa. Comenzarás a pensar en otras cosas, mucho más agradables.

Mímate con ese dulce

Un toque de chocolate en tu café, unas palomitas frescas, o ese sundae de chocolate que tanto te gusta.

Date el lujo de consentirte con algo que disfrutes (no te atiborres del postre más grande que haya para luego sentirte culpable). Se trata de permitirte un pequeño gesto que quizá disfrutabas mucho cuando niño.

Reorganiza alguna esquina

Puede ser un cajón desordenado, una esquina de la casa que necesite una “manita de gato’”, o un espacio de tu escritorio.

Es una excelente distracción, además de una motivación.

Levanta la mirada

Busca una ventana, sal un poco a la calle, y mira al cielo. Respira profundamente y exhala todo el aire. Repite.

No dejes de mirar hacia arriba. Permítete sentirte pequeño mientras observas un cielo interminable. Quizá podrías imaginar que tu mal humor se evapora rumbo a ese cielo hasta perderse de vista.

Busca un mensaje

Busca un libro, ábrelo al azar, y lee una frase, sin importar cuál. Hay libros más inspiradores que otros (quizá podrías pensar en qué libros ocupan tus estantes). O solo abre los ojos y mira los anuncios en la calle, o grafitis en la pared.

Algo te inspirará, te ayudará a pensar en otra cosa.

Aléjate y camina

Si la situación o el lugar donde estás no te ayudan, camina. Aléjate un poco, da una vuelta a la manzana, o dos, o tres.

No importa si llueve (hay paraguas o impermeables y botas). Solo aléjate un poco, en lugar de encerrarte en el mismo enojo. Observa el mundo, mira tus pies al caminar.