Pero, ¿cómo se detectan las heridas emocionales para evitarlo? Identifícalas por estas acciones:

- Somos agresivos con los demás.

- Causamos dolor al otro, con ofensas, malas caras, insultos, devaluaciones.

- Perdemos el autocontrol y decimos palabras hirientes lastimando nuestra relación con el otro.

- Nos cerramos puertas por ser groseros.

Si esto nos está ocurriendo, sin duda, están hablando nuestras heridas emocionales por nosotros. Así que es necesario destaparla y sacar el veneno aunque duela.

Remover lo acumulado y permitir que, aunque creamos que no hay medicina que cure nuestro dolor, otra persona nos ayude, son claves para superar el dolor.

Es muy positivo que antes de juzgar al otro, reflexiones quién está hablando, es decir, si la persona o sus heridas, para comprenderlo y ayudarlo a superar su dolor.

Además, identifica si tus palabras destruyen en lugar de construir, si lastiman en lugar de consolar, si están llenas de hiel y no de miel…seguro estás herida. Y tú, ¿te atreves a admitirlo e intentar sanar tus heridas emocionales?