La mujer embarazada no está a salvo de las patologías invernales. En ese estado tan especial, tu salud está en juego, pero también la de tu bebé. Así que deberás adoptar algunas medidas preventivas para llevar un embarazo de lo más saludable.

Cualquier infección de este tipo afecta a las embarazadas de manera más contundente que a las no gestantes y aunque no suelen ser graves, hay que* tomar las mínimas precauciones profilácticas y de higiene para eludir contagios*.

Reglas básicas:

Las patologías invernales no son peligrosas si se tratan a tiempo. Entre las más comunes destacan las infecciones. Reacciona con rapidez desde los primeros síntomas y no tomes medicamentos sin consultar a tu médico.

Hazte fuerte con un régimen alimentario. Evita también los excesos y toma complejos vitamínicos especiales para el embarazo, siempre pidiendo conejo a tu médico, claro.

Pon freno a las contaminaciones microbianas. Más que nunca debes llevar una higiene impecable: lávate las manos después de cada salida, antes de comer, etc.

Aplica el sentido común: abrígate y evita los esfuerzos físicos importantes que debiliten el organismo.

Evita los ambiente cargados. Si el interior de tu hogar es particularmente seco, invierte en un humidificador para purificar el aire de tu estancia.

No utilices los utensilios de los niños, así evitarás al máximo los virus y enfermedades infantiles que pululan por el colegio.

Para curar el costipado: suénate bien y utiliza sprays a base de agua de mar y suero fisiológico tres veces al día para despejar las fosas nasales.

Fuente: Terra Mujer