Existe la creencia que muchos alimentos con grasas suben el colesterol, como el huevo, pero en realidad son aquellos que tienen un alto contenido en carbohidratos, grasas malas y azúcares los que incrementan su nivel.

El huevo es uno de los mejores alimentos ricos en proteínas, es barato, sabroso, y sólo la proteína, Lactosérica, tiene mayor poder para disminuir el apetito, de entre el resto de los alimentos.

Sin embargo, la mayoría piensa que sólo debe comer la clara, la cual en realidad no aporta muchas vitaminas; en cambio, la yema tiene casi todas.

La clara y la yema son ricas en proteínas, no tienen azúcar ni grasas malas. Por su parte, la yema contiene grasas buenas con antioxidantes (luteína), que previenen enfermedades del corazón.

Por contrario, se suele pensar que los jugos de frutas son muy nutritivos, cuando en realidad, aún sin añadirle, un vaso de jugo natural tiene 10 cucharadas de azúcar, al igual que un refresco, y ambos contienen el mismo tipo de azúcar: fructosa.

La fructosa es el peor de los azúcares, el que más engorda, sube los triglicéridos, ácido úrico y causa diabetes. La fructosa y el alcohol, que también es un azúcar natural, comparten el mismo camino por el hígado, aumentan la grasa del abdomen y causan hígado graso.

Comer frutas es diferente a tomar jugo de frutas. La mayoría de los nutrientes de las frutas se encuentran en la piel, especialmente en la pera, manzana, naranja y uva.

Para preparar un jugo se exprimen cuatro a seis naranjas, pero al comerlas con una o dos ya estamos satisfechos. Al extraer el jugo de la fruta se obtiene agua con azúcar, porque las vitaminas y la fibra permanecen en la fruta.