Ser independiente no es una experiencia sencilla al principio, pero poco a poco empezarás a verle el lado amable, y aprenderás a valorar tu espacio, tu soledad, tu tiempo, tus cosas.

Además, ser independiente es una aventura que todas debemos vivir en algún momento de la vida porque te obliga a conocerte y a quererte más. Por eso, te presentamos cinco ventajas:

El tiempo es tuyo

No tienes que avisarle nada a nadie, no tienes que pedir permiso, ni tienes que ajustarte a los horarios de nadie.

Responsabilidades

Claro, ser independiente y vivir solo conlleva una responsabilidad fuerte.

Solo tú decoras

La decoración es tu responsabilidad, únicamente. El color de las paredes, los cojines, los muebles, el lado en que va el sillón, la ubicación de tu cama, la inclinación de la tele, todo es tu decisión.

Eres dueña de la Televisión

Al ser independiente la televisión es solo tuya, el control es tu mejor amigo y la programación del día es para ti. Y cuando te aburras, puedes apagarla y leer un buen libro, sin nadie que se queje.

Aprendes a ser tu mejor amigo

Viviendo solo te vas a dar cuenta de que eres una persona agradable, simpática, y que es divertido pasar tiempo contigo. ¿Cómo lo vas a saber? Porque pasarás largas horas junto a ti mismo. Y si hay cosas de ti que no te gustan, es el momento perfecto para cambiarlas.

Ser independiente y vivir solo implica hacerte responsable de ti mismo y de tu vida, enfréntalo como un reto increíble que se te ofrece para crecer como persona, para valorarte y valorar a los demás.

Fuente: Salud180.com